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22 jun 2014

EL ESPÍRITU DE LOS VETERANOS


Otra noche, una más, los veteranos de la Compañía de Esquiadores Escaladores 51 intercambiamos bromas, experiencias y sensaciones. No ocurre todos los días, pero algunas veces parecería que nos convoca un atávica señal de la luna. Cómo si el ancestral cuerno, entonado en nuestras amadas cumbres y montes bocineros, nos señalara el advenimiento de algo vital.

Esta vez el guía, el responsable de este toque ha sido la persona que junto con nosotros, los ahora veteranos, inició la andadura de la Compañía por los senderos de la historia. Todos sabemos que en 1995 desapareció como Unidad, pero nuestro último Capitán, Ángel Atares, cumpliendo arcanas órdenes,  puso en el  fraternal regazo de la Compañía de Esquiadores de Viella nuestras enseñas y bandera. Una tradición y un gran honor que hoy en día sigue manteniendo con orgullo como responsable definitivo de la Compañía. De esta manera, de vez en cuando, encuentra unas horas para compartir en el cuartel de San Bernardo, en Jaca, sede de la Cía. de Esquiadores Escaladores 1/64, donde se custodian nuestros emblemas.

Los ve, los mira y recuerda. Siente, como todos nosotros, que son parte importante de su vida. Ello le autoriza a ser el guardián moral de nuestra agrupación.

En el foro expuso una reflexión, como un compañero más, desde el corazón, a  sabiendas de lo que podía ocurrir  y no hizo falta nada más.



Brotamos de nuestros agujeros y fluimos en la red. Contamos secretos sólo conocidos por nuestros pares. Y aunque él y sus Subordinados se encargaron de forjar, primero nuestro cuerpo y más adelante el espíritu, no podemos desoír la llamada al alma que supone el compartir también sentimientos. Porque estos cuerpos acerados en su día, no saben esconderse, ni pueden  resignarse a un efecto secundario con el que nadie contábamos: el orgullo de haber pertenecido a esta Compañía y la metamorfosis que provocó en nosotros.

Estas líneas son la expresión de todos y cada uno de nosotros. Las difundimos y defenderemos a capa y espada. Pachu cogió el lápiz, pero lo empujábamos sus iguales. No hemos podido dejar de compartir semejante carta, humedecida su pluma en nuestros sentimientos y escrita desde su corazón.

Pachu, veterano del 86:

Mi “Capitán” la gente no puede entender que es lo que se siente al haber pertenecido a la Compañía. Igual que a algunos hacerles sentir lo que tú por tu perro, si nunca tuvieron uno.

Pudiendo hacer una mili "fácil", según ellos, como podía haber sido mi caso (en Araca estuve en la Plana Mayor por haber hecho administrativo) y el mismo día que supe mi destino, cojonudo según alguno de mis compañeros de la Plana, me apuntase a las pruebas físicas de la Compañía de Esquiadores Escaladores, sin dudarlo, sin haber visto diapositivas ni ir a la charla de captación.

Más adelante darlo todo para que no me tirasen en las pruebas físicas, la alegría de ser seleccionado, de los nervios en Burgos al pasar el reconocimiento, y el orgullo de poner el cuño de CAMBIO DE DESTINO:  Cia. Esquiadores Escaladores

Mío y de todos mis compañeros del 86: Los nervios al llegar a la barrera de Aizoaín, de las voces de algún Veterano,  lo duro de los barrigazos , la pista americana y la gimnasia; de la Prueba de la Boina, del curso de esquí en Reinosa con las risas, el frío de las guardias en los camiones, de la marcha por el Pirineo navarro con la mochila atrás; por cierto, que casi era mayor que yo; y el PRC delante. (12 kgrs. más ).

Era el más pequeño del 86 y con el teniente Ortiz diciéndote: Muñiz tu aquí, a mi lado.


Ver que podías seguir al día siguiente, a pesar de las ampollas en los pies curadas con hilo y pinchando mercromina, de la ayuda de los Veteranos al decirte como se colocaban las cosas en la Altus. Aquí tengo que mencionar a uno en especial, Rey .

Del curso de helicópteros en Agoncillo que tanto disfruté, de la llegada de los nuevos, Kepa San Blas y otros muchos de los cuales con el paso de los tiempos olvide su nombre, pero que gracias a este Facebook he ido recuperando.


Y  que después de casi ya una vida, aún lleves al monte un forro polar en el que en el hombro llevas cosido el parche de la Compañía, de explicarle a muchas personas que encuentras por el monte, que las  cosas que llevas en la mochila, por ejemplo un bote con material de supervivencia, son normas que aprendiste hace mucho tiempo en un sitio llamado Compañía de Esquiadores Escaladores 51.

De sentirte orgulloso de ponerte la Boina, ahora recuperada gracias a gente como Juan Florencio, que igual que yo, sienten los mismo a pesar de haber pasado ya muchos años. 

Todo esto y muchas cosas no lo podrán entender la gente que no paso por la Cía. Esquiadores Escaladores y vivió las cosas tan duras y hermosas que compartimos. Y que sin duda nos sentimos a día de hoy con autoridad para decir a todo el mundo:

"YO ESTUVE EN LA COMPAÑÍA DE ESQUIADORES ESCALADORES DE LA DIVISIÓN DE MONTAÑA NAVARRA”

Algunas veces lo que se dice pierde protagonismo, en beneficio del autor de las manifestaciones. En otras la persona que hace la reflexión engrandece lo expuesto. Y cuando se  habla con conocimiento de causa, la autoridad es incontestable. En el momento que alguien  que ha extraído el mineral de las entrañas de la tierra con sus propias manos,  te habla de palabras como desafío, dureza, condiciones extremas y compañerismo, creo que su opinión es digna de ser oída y  respetada, ya que su experiencia lo legitima a hablar. 


Pachu y otros veteranos del 86.
Nada podemos añadir a esta acertada reflexión de nuestro compañero Pachu, sólo disfrutarla  con vosotros y el que quiera, porque  las cosas que salen de dentro son patrimonio de todos. 

Un abrazo compañeros.








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