2 nov 2012

Refugios en la nieve

 

Cuando haya que construir un abrigo en la nieve, cabe optar por una de estas dos soluciones:

- Hundirse en la nieve, excavándola.

- Construir abrigos con muros de nieve o bloques de hielo.

La nieve, como mala conductora que es del calor, aísla de la temperatura exterior y, consecuentemente, ofrece una magnífica protección contra el frío y el viento.





Como aislamiento de la nieve, para sentarse o tumbarse, conviene servirse de alguna prenda, plásticos, poncho, etc.

No conviene elevar el techo de los abrigos para poder calentarlos rápidamente  Las paredes interiores deben estar bien alisadas para evitar la formación de goteras al fundirse la nieve.

La ventilación se consigue perforando el lateral del abrigo con un bastón de esquí o palo; en el caso del bastón, debe quedar la arandela al exterior y el mango al interior. Este agujero establecerá con la puerta la necesaria corriente de aire.

Siempre se debe dejar, en el interior del abrigo, un útil de zapa, para desobturar la entrada si se amontonase la nieve.

La entrada debe quedar a sotavento y ser pequeña, permitiendo el paso de un hombre agachado. Para mantener el calor debe estar siempre cerrada y más baja que el suelo del refugio.

El suelo se debe cubrir, si es posible, con ramaje, hojas o paja, formando una capa de espesor conveniente (unos 20 cm).

Para la construcción de los abrigos se deben buscar depresiones amplias, que abriguen del viento y ofrezcan, además, grosores convenientes de nieve.

Si se pudieran construir en el interior de un bosque, se deben hacer mixtos  recubriendo los abrigos tipo "intoo" o "tepee" con bloques de nieve en lugar de ramaje.

Si se dispone de esquís y bastones, y no se emplean en la construcción del refugio, deben ponerse alrededor del mismo y verticales; los bastones con la arandela hacia arriba.

En el refugio se deben observar algunas precauciones:

- Cuando el calzado esté mojado, conviene quitárselo y ponerse calcetines secos, introduciendo los pies en el saco-mochila por el peligro de congelación.

- Por la misma causa, y para luchar contra el aterimiento, no se debe dormir, realizando periódicamente movimientos con manos y pies.

- Si se dispone de algún aparato de combustión (infiernillo de alcoholo gasolina, alcohosol, quemador de butano, etc.), se encenderá a intervalos regulares, aprovechando al mismo tiempo para calentar bebidas o infusiones que ayuden a luchar contra el frío; no se deben cambiar los cartuchos de butano dentro del refugio, si hay un fuego encendido. Una simple vela elevará sensiblemente la temperatura.

Los objetos pequeños desaparecen rápidamente entre la nieve, por lo que conviene guardarlos en la mochila, o cerrar bien los bolsillos con botón o cremallera.

- Las armas y equipos se guardan en el interior del refugio, en nichos apropiados. El calzado, dentro del saco-mochila

- Pese al frío, el organismo necesita agua, por lo que se deben aprovechar todas las oportunidades para mantener las cantimploras llenas.

Cuando para los refugios no se disponga más que de nieve, se podrán construir los tipos de abrigos que se exponen a continuación:

Agujero o pozo en la nieve. Es un medio rápido y sencillo para procurarse protección ante los temporales de nieve, evitando congelaciones.

Suele hacerse redondo, de un metro de diámetro y con unos 50 cm de profundidad como mínimo. Se puede complementar con un parapeto de nieve, a unos 80 cm del borde superior. 

En su construcción se invierten de treinta a cuarenta minutos.

Pozo lapón. Excavación similar a la anterior, si bien con boca estrecha, mayor profundidad y ensanchamiento de nicho al fondo, pudiéndose cubrir con bloques de hielo. 

Sirve para una Patrulla y se tarda en construirlo una hora, aproximadamente.


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Fosa en la nieve. Es un hoyo de fácil y rápida construcción y de profundidad suficiente para tenderse; se cubre con los esquís y bastones (si se  dispone de ellos), con el poncho o plástico, o con bloques de hielo; las grietas se tapan con nieve.


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Zanjas o trincheras. De construcción parecida a la anterior pero con más profundidad y longitud, lo que aumenta la capacidad. La planta se hace rectangular, y sobre la zanja se colocan los bastones, los esquís con la suela deslizante hacia abajo, palos, etc., cubriéndolo todo con ponchos o plásticos y nieve encima. Tanto en este abrigo como en la fosa se cuidará que la cubierta quede algo bombeada hacia arriba, para evitar el goteo continuo  En la excavación se tarda de treinta a cuarenta y cinco minutos.


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Muro de nieve. Abrigo de fácil y rápida construcción, empleando el poncho. El muro debe tener una altura de un metro, protegiendo contra el viento; los laterales hay que taparlos también con bloques de nieve.

Cuevas. Si la pendiente de una ladera es muy fuerte y hay en ella una acumulación considerable de nieve, se puede abrir transversalmente una cueva. La nieve excavada se saca al exterior, sirviéndose de prendas o el  poncho para recogerla y transportarla. Si es preciso, se cierra la cueva por delante con bloques de hielo, en los que se apoya la comisa o saliente.

Constituye un abrigo muy aceptable que se puede preparar en una o dos horas, pudiéndose hacer con dos entradas para acelerar su construcción. Se debe dormir acostándose en sentido perpendicular a la pendiente.


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Iglú. La protección que proporciona contra el frío y el viento es excelente, con mejor abrigo que la tienda. Su construcción puede realizarse bien sobre la superficie nevada, o   enterrándo­la, o semi enterrándola, lo que resulta más rápido y seguro, si bien la posibilidad de esto último dependerá de la cantidad de nieve.

Su construcción requiere bajas temperaturas, por lo que en caso de nieve recién caída o pulverizada será mejor buscar capas inferiores de nieve más consistente. Aunque se pueden hacer de distintos tamaños, son más aconsejables los pequeños
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Para iniciar su construcción se comienza por trazar en el suelo una circunferencia de radio igual al que se desea tenga el iglú al exterior. Acto seguido se apisona la nieve dentro del círculo y se traza otra circunferencia que marque el radio interior (dos metros de diámetro, para un iglú de tres hombres). La separación entre ambas circunferencias será el espesor del muro.

La cantera de extracción de bloques deberá quedar cerca del lugar elegido para asentar el iglú, y, de ser posible, algo más alta para facilitar el transporte de dicho material, que puede realizarse deslizándolo por vías hechas con los esquís colocados en la nieve, con la cara deslizante hacia arriba, o a brazo.


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Los bloques se colocan ajustándolos y uniéndolos con nieve como mortero  Para lograr la perfecta esfericidad de la bóveda es necesario que la cara superior de los bloques quede orientada hacia el centro de la base del iglú. El bloque para el cierre se corta circular y con los bordes tallados en bisel. Al terminar el iglú se abrirá la entrada cortando el muro; luego se cubre el hueco con un bloque que ajuste bien, atravesando éste con un palo o bastón para facilitar su manejo.

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La ventilación se garantizará atravesando el muro en dos o tres puntos algo elevados con sendos bastones, dejando la arandela al exterior. Caso de obturación de los agujeros por ventisca o nevada, bastará con un ligero movimiento de los bastones para que queden otra vez expeditos.

Por último, el iglú se recubre por el exterior de nieve, logrando así mayor solidez e impermeabilidad y buen enmascaramiento.






Iglú de construccion rápida. Con independencia del tipo de iglú ya descrito  se puede construir otro de circunstancias en un tiempo de quince minutos para protegerse lo antes posible ante contingencias atmosféricas inesperadas.

Auxiliándose de tres tablas de esquí, se puede llevar a cabo su construcción. Antes de colocar el bloque de cierre del iglú se pueden sacar los esquís.

En este tipo de construcción prevalece la rapidez sobre las cuestiones de detalle.

También se puede construir otro iglú haciendo ocho bolas de nieve de gran tamaño. Se adosan unas a otras haciendo dos hileras de tres, y las dos restantes se colocan de techo, redondeando después las bolas interiormente y rellenando con nieve los huecos.

Iglú con paracaídas. En el caso de disponer de un paracaídas se puede levantar un iglú de circunstancias. Para ello se levanta una columna de uno y medio a dos metros, con una pared circular de bloques de nieve de un metro de alto, dejando un espacio para la entrada. Se coloca el paracaídas sobre la columna central y la pared, asegurándolo con otra línea de bloques sobre la pared y anclando las cuerdas del paracaídas.

En caso de nevadas hay que vigilar la acumulación de nieve sobre la tela.


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