30 dic 2013

Feliz 2014


¡¡¡ Feliz Año Nuevo !!! a todos los que siguen este blog, y en especial a los profesionales de las Fuerzas Armadas que están en misión,
de parte de los Veteranos de la Compañía de Esquiadores y Escaladores de la División de Montaña "Navarra", 1960-1995

(Verano de 1985, la Compañía de maniobras en Baviera, Alemania)

20 dic 2013

Feliz Navidad



Bien haya, que el Niño duerme.
Bien haya, que está dormido.
Ríen las flores, bien haya,
con el temblor del rocío.
Bien haya, que duermen, duermen
las sendas y los caminos
que a Ti conducen, bien haya,
y en Ti despiertan dormidos.
Bien haya, porque tu sueño
es el alba que ha venido.
Campanas blancas, bien haya,
que las mueve el Niño, Niño,
¡ay, con sus manos, bien haya,
y es el silencio el sonido!
Bien haya quien oye, oye,
este su toque infinito.
¡Campanas de Dios, bien haya!
¡Bien haya quien las ha oído!
José María Pérez-Salazar, poeta navarro. De su libro Caminos de la tarde.
Dedicado a todos los militares
que en estos días tan especiales
 cumplen con su deber
 y velan por nosotros.





12 dic 2013

El Hombre Frente a la Noche


El hombre trata de adaptarse al medio que le rodea y dominarlo. No obstante, y hasta que esta adaptación y dominio se produzcan, se encontrará sometido a él en su aspecto psicológico y fisiológico.

El estado fisiológico vendrá ligado al psicológico, existiendo en él períodos de actividad y reposo.

La importancia y la periodicidad de muchos de los fenómenos correspondientes a la actividad de los seres vivos ha empezado a valorarse y ser estudiada. Ejemplo de estos fenómenos cíclicos son el sueño y la vigilia.

Entre otros fenómenos típicos, los más importantes en la biología humana son aquellos cuyos períodos tienen una amplitud de 24 horas, y de ahí que se les llame circadianos.

Los Ritmos Circadianos.

El hombre, al igual que las plantas, tiene unos ritmos vitales que se repiten, aproximadamente cada 24 horas. Estos ritmos tienden a normalizar sus funciones fisiológicas, es decir, se siente necesidad de comer o dormir, a intervalos casi constantes, con independencia de la existencia o no de luz natural, ya que no es ésta la que impone el ritmo vital, sino el propio organismo humano.

Este ritmo afecta fisiológicamente al individuo de varias formas:

Modificando la temperatura del cuerpo, que va elevándose durante el día, alcanza su máximo entre las 17,00 y las 23,00 horas y desciende paulatinamente hasta alcanzar un mínimo entre las 03,00 y las 06,00 horas.

Disminución de la secreción lacrimal durante los períodos de somnolencia y sueño. Esta es causa de la sensación de picor en los ojos cuando se tiene sueño.

Disminución, de noche, de la presión sanguínea, las necesidades urinarias y el diámetro de la pupila.

Es importante resaltar que estos fenómenos ocurren al individuo de forma constante, con independencia de estar despierto o dormido; aunque en el primer caso se vean algo aminorados estos efectos.

Estos ritmos pueden invertirse o modificarse siempre que la suma del período de sueño más el de vigilia no excedan de 27 horas o sea menor de 21 horas. Para estos cambios, la adaptación no será completa hasta pasados de cuatro a diez días. Parece ser que es más fácil, además, invertir completamente el ritmo día! noche, que efectuar solamente modificaciones parciales en el mismo.



El Sueño.

El hombre necesita, por lo general, un tiempo dedicado al sueño, que varía de unas personas a otras y que puede estimarse entre 6 y 8 horas. La falta de sueño trae consigo, tal como estudios médicos han ratificado, una disminución en el rendimiento de trabajo de una persona, que es más acusado entre las 03,00 y las 06,00 horas, lo que debe tenerse en cuenta al planear operaciones militares, tanto desde el punto de vista propio, como el del enemigo.

Por otra parte, también hay que tener en cuenta que la pérdida de sueño continua se va acumulando y que el tiempo necesario para la recuperación varía de unos individuos a otros.

Con independencia de las alteraciones fisiológicas ya reseñadas que el ciclo vigilia! sueño impone al individuo, hay otros efectos físicos y mentales que el sueño le produce:

Disminución de la capacidad de vigilancia y de concentración en una tarea concreta.

Fallos de memoria que hacen casi imposible no sólo aprender algo, sino también recordarlo o simplemente poner en práctica unas determinadas instrucciones.

Lentitud de respuesta a las órdenes o su realización. Disminución de la capacidad de razonamiento lógico.

Dificultad para entender o expresar ideas, aun las más sencillas. Cambios en la situación anímica del individuo, que pueden variar desde la agresividad, pasando por la depresión, hasta la euforia.

Vistos estos efectos se plantea el problema de cómo enfrentarse a ellos, o al menos cómo paliarlos. Como norma general se pueden dar los siguientes consejos:

Si una persona sólo puede dormir unas horas durante un ciclo de 24, es preferible, si es posible, que lo haga entre las 03,00 y las 06,00, que son las más críticas y en las que su rendimiento es mínimo.

Debe, aun en situaciones apuradas, intentar conseguirse que el soldado duerma al menos un tiempo de 4 horas cada 24. De esta manera el rendimiento de la persona puede mantenerse dentro de límites aceptables durante varias semanas. Un tiempo menor de sueño, producirá un efecto acumulativo acusado, que traerá en poco tiempo una disminución en rendimiento casi total.

Debe tenerse también en cuenta que tras un período de sueño el hombre tarda alrededor de una hora y media en alcanzar un nivel de rendimiento que pudiéramos considerar normal; lo que es especialmente importante para aquellos que llevan a cabo tareas especiales o que exijan una rigurosa concentración.

Asignar, dentro de lo posible, diferentes misiones a la tropa, ya que la novedad aumenta la efectividad.

La consumición de bebidas tales como café, té o chocolate ayuda a mantenerse despierto, aunque a la larga trae consigo varios efectos secundarios, de los cuales los más importantes son: producir fallos en la coordinación psicomotriz del individuo y permitir que el cuerpo alcance niveles de cansancio físico peligrosamente altos.




7 dic 2013

Infantería Española



Ardor Guerrero vibre en nuestras voces.
Y de amor patrio henchido el corazón.
Entonemos el Himno Sacrosanto.
Del deber, de la Patria y del Honor.
¡Honor!
De los que amor y vida te consagran.
Escucha, España, la canción guerrera
canción que brota de almas que son tuyas
de labios que han besado tu Bandera.
De pechos que esperaron anhelantes
besar la cruz aquella
que forma con la enseña de la Patria
el arma con que habrán de defenderla.
Nuestro anhelo es tu grandeza
que seas noble y fuerte.
Nuestro anhelo es tu grandeza
que seas noble y fuerte
y por verte temida y honrada
contentos tus hijos irán a la muerte.
Y por verte temida y honrada
contentos tus hijos irán a la muerte.
Si al caer en lucha fiera
ven flotar
victoriosa la Bandera
ante esa visión postrera
orgullosos morirán.
Y la Patria, al que su vida
 le entregó,
en la frente dolorida
le devuelve agradecida
el beso que recibió.
El esplendor y gloria de otros días
tu celestial figura ha de envolver
que aún te queda la fiel Infantería
que, por saber morir, sabe vencer.
Y volarán tus hijos ansiosos al combate
tu nombre invocarán.
Y la sangre enemiga en sus espadas
y la española sangre derramada
tu nombre y sus hazañas cantarán.
Y éstos que en la Academia Toledana
sienten que se apodera de sus pechos
con la épica nobleza castellana
el ansia altiva de los grandes hechos
te prometen ser fieles a la historia
y dignos de tu honor y de tu gloria.

Letra: D. Jorge  del Cueva y D. José de la Cueva.
Musica: D. Fernando Díaz Giles .









2 dic 2013

Combate nocturno, preparación.

  
476804229

Es decisivo, por la importancia que tiene para el cumplimiento de la misión, que ninguno de los componentes de una Unidad sea descubierto. Por tanto, antes de cualquier acción, el Jefe deberá comprobar, mediante una minuciosa revista, que todos los componentes de su Unidad hayan cumplido estrictamente las normas que se dan a continuación en relación consigo mismo, con su vestuario y equipo, material y armamento, encaminadas a conseguir la más estricta disciplina de luz y sonido.

Se adoptarán las mismas precauciones que para el combate de día, además de las específicas para la noche.

Las manos y la cara constituyen manchas claras muy visibles; para evitar que destaquen hay que teñirlas o tiznarlas (corcho y papeles quemados, hierbas, betún, etc.), incluyendo el cuello y parte del pecho, rompiendo las líneas regulares del cuerpo. Aun cuando se lleve guantes no debe suprimirse el enmascaramiento de las manos por ambos lados. Como medio de circunstancias, se puede emplear la red mimética, subir el cuello de la cazadora, colocarse gorros, etc.

La ropa del combatiente nocturno debe ser:
  • Cómoda, para que el individuo pueda moverse sin entorpecimien­to.
  • De abrigo, para soportar el frío y la humedad durante los largos períodos de inmovilidad.
  • Sin brillo. - Hay que evitar el empleo de las prendas de color claro, como lienzo, dril, capa de plástico, etc. Es conveniente llevar prendas oscuras y mates, lana o pana sin brillo. En zonas nevadas los tonos deben ser claros, preferentemente blancos, matizados de grises. Ocultar todo objeto brillante, como anillos, relojes de pulsera, divisas, gafas, etc.
  • Silenciosa. Desechar las prendas que producen más ruido después de haber sido mojadas. 
Es conveniente tener en cuenta que el casco limita la escucha y puede llegar a producir ruido.

Prohibir el uso de calzado claveteado; utilizar calzado con piso de goma, fieltro o cáñamo, etc. En último extremo, envolverlo con trapos. Cuando el calzado cruje, se puede suprimir el ruido engrasándolo con cualquier tipo de aceite de desecho.

Pueden usarse guantes oscuros para protegerse del frío, teniendo en cuanta que aíslen suficientemente, pero sin dificultar el tacto.

No llevar cosas innecesarias en los bolsillos. Llevar el equipo colocado en bolsillos y mochila, por orden prioritario de utilización, y sujetar las prendas del uniforme para eliminar roces (gomas, cintas, cuerdas, etc.).

Ha de ser el mínimo indispensable. Debe ir perfectamente adaptado y sujeto al cuerpo, sin presentar  superficies perpendiculares, al sentido normal de marcha, que puedan producir enganches.

Debe reducirse su volumen ajustando cierre y correaje al máximo, para evitar el movimiento de los diferentes objetos dentro de la mochila o bolso.

Todos los elementos deben ir colocados tendiendo a facilitar su posible orden de utilización y empleo rápido de cualquiera de ellos. Conviene que la colocación sea siempre la misma. Preparar los elementos metálicos para que no produzcan ruido entre sí.

La cantimplora deberá ir siempre llena, rellenándola siempre que sea posible.

Llevar siempre: calcetines de repuesto, zapatillas, cuerda, alambre, cerillas estanqueizadas o mechero de mecha, linterna preparada (¡cuidado! puede encenderse sola), navaja, silbato, paquete de cura, jersey, trapos, bolsas de plástico, poncho, ración de previsión y pastillas potabilizadoras.

Eliminar el ruido de hebillas, porta-armas, baquetas, pestillos, etc. Suprimir brillos en el arma, material y accesorios. No dejar huecos entre la munición que puedan ser origen de ruidos.

Llevar las armas dispuestas para su empleo; esto evitará posterior­mente los ruidos típicos de cargar y alimentar. Llevar igualmente el material dispuesto para su empleo.

Cuidar que esta preparación no impida el uso del arma (montar, quitar y poner el cargador y expulsar las vainas), y material (poner o quitar la antena de la radio, etc.).

Se procede a la verificación y puesta en práctica de los medios, que el personal bien entrenado debe ejecutar "a ciegas", en plazos de tiempo sensiblemente equivalentes a los de día.