7 oct 2018

La Palabra Prohibida


Todo sucedió a raíz de nuestra participación en Mayo de 1984 en el desfile de las Fuerzas Armadas que se celebraba en Valladolid.

Dos semanas antes empezamos los ensayos del desfile en el Cuartel de Aizoain, en la amplia explanada que tenían los artilleros (Grupo de Artillería a Lomo LXI).

Todos los días, por la tarde, las horas que debían corresponder a clases teóricas eran para los ensayos.

Aprendimos a preparar la mochilas y en el guarda esquí nos suministraron unas tablas nuevas y carentes de fijaciones. También aparecieron cazadores de Estella a los que la Compañía suministró cuerdas de escalada.

En el almacén de furrileria recogimos los trajes de tormenta blancos con los que desfilaríamos. También, y de forma excepcional, nos darían el cangrejo para que todos lo lleváramos, en el uniforme de "bonito", veteranos y "conejos", los cuales aun no habíamos hecho la prueba de la boina.


Que frió hacia en Valladolid.

Al día siguiente llegaron los "paracas", en formación, desfilando; todos iguales, parecían un ejercito de clones, todo un espectáculo de disciplina.

Unos días después llego La Legión, como una marabunta que lo inunda todo. Eran muy dispares, y sobre todo, de mas edad que los soldados "normales" de reemplazo. Ademas llevaban los pantalones muy ceñidos.

Los piques entre "paracas" y "legias" eran habituales y culminaron una mañana que volvíamos de los ensayos de desfile, de pronto el paso de maniobra fue cambiando a paso legionario,  y nosotros en medio, con nuestras mochilas y esquís, a paso legionario. El problemas estuvo a la hora de pasar por la puerta del cuartel donde se estrechaba el camino. No se ni como pasamos, hombro con hombro, chocaban los esquís con los de los compañeros que estaban a tus lados.

En las formaciones, cuando se rompían filas, los legionarios siempre decían la palabra "PASTEL". Nosotros siempre decíamos "ESQUIADORES"

Fueron muchas las formaciones y de todos es sabido que lo malo se pega...

Cuando volvimos, a los pocos días, algunos de nuestros veteranos aparecieron con los pantalones de faena muy ceñidos. Aprovecharon los días de permiso que nos dieron por desfilar para ajustar las perneras.

Otro efecto pernicioso fue que nuestra habitual respuesta al romper filas fue sustituida por "PASTEL".

Después de muchas formaciones, en vista que el tema no se corregía, el mando tomo partido en el asunto y se PROHIBIÓ decir "PASTEL" al romper filas.

Así paso.

Dedicado a todos los que participaron en el desfile de Valladolid. Un abrazo.

J. Florencio
2º/84














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