Reproducimos una vieja publicación de la Revista Española de Defensa, nº 35: un articulo sobre las compañías de esquiadores-escaladores centrado en un ejercicio invernal de nuestra unidad. Esta publicación fue ya tratada en este blog bajo el nombre de "Maniobras de Altura", ahora la repetimos, trascrita a este medio, facilitando su lectura.
¡Vaaamonos! Apenas apunta el alba
cuando la 51ª, Compañía de Esquiadores-Escaladores (E-E), forma en la explanada del refugio militar de
Candanchú. Los hombres, entumecidos por
el intenso frío y por tres largas hora de camino desde Pamplona, tienen el
tiempo justo para tomarse el último vaso de leche caliente ante de iniciar la
travesía. Acaba de empezar la fase de Vida y Movimiento en Montaña Invernal, una
durísima prueba de dieciséis días de
duración en la que se pondrá en práctica todo lo aprendido desde el otoño:
marchas, esquí diurno y nocturno, escalada
en hielo y paso de cornisa, combinado con temas tácticos.
La travesía inicial de
cuatro días los llevará desde Candanchú (Huesca) a Belagua (Navarra). Serán unas 8-9 horas de marcha diaria,
comenta el Capitán Javier Aranguren Aramendía, jefe de la unidad (desde 1988 a 1992). El camino se
recorre foqueando (con cintas antideslizantes adheridas a la suelas de los esquíes), o cuando no hay nieve suficiente, a pie, con las tablas sujetas a la mochila.
En los pasos difíciles habrá que echar mano al piolet y los crampones, a las
cuchillas de esquí y a las raquetas, o bien encordarse para superar una zona de
grieta o una cornisa.
Poco conocidos por el gran
público, los esquiadores-escaladores (E-E) son, como gustan matizar, unidad
de especialistas (no de operaciones especiales) entrenadas y equipadas para
operar en alta montaña y en zonas donde el movimiento es difícil. En un
terreno tan exigente y duro como es la
montaña, el que es capaz de convivir con ella y llegar donde otros no pueden,
gana la acción. Ocupar un collado a tiempo puede evitar un combate,
opina el Capitán Aranguren, para quien la capacidad de maniobra en este medio
es la que da la potencialidad real de la unidad.
Actualmente, cada Brigada de
Cazadores de Montaña (BRCZM) cuenta con una compañía de E-E independiente (51ª
en Pamplona, 41ª en Viella), más una sección en cada Batallón de Cazadores,
Ingenieros y Grupo de Artillería. La Brigada de Cazadores de Alta Montaña XLII
(BRCZAM) por su parte, las encuadra a razón de una Compañía por cada Batallón
de Cazadores.
Entrenamiento. La
instrucción de estas unidades es eminentemente práctica y sobre el terreno,
centrada en el esquí en invierno y en la escalada
en verano, con un ejercicio de síntesis al término de cada temporada. Hay que
contar el curso de esquí (60 días), el de escalada (45 días), la supervivencia,
la fase de vida y movimiento, travesías
y patrullas de reconocimiento (55 días), prácticas con helicópteros (10 días) y
las maniobras con la Brigada Paracaidista (RECOPARA), más las convivencias con
unidades similares aliadas (alemanas, italianas, francesas y estadounidenses).
Total, que pasamos más días en el campo que en el acuartelamiento.
Sus
misiones son muy similares a las de la caballería en las unidades de línea:
enlace entre unidades colaterales, ocupación de puntos difíciles, misiones de
exploración, vigilancia y seguridad de combate; incursiones tras las líneas enemigas,
ocupación de posiciones que requieren técnicas avanzada de esquí o escalada,
combate en zonas nevadas o boscosas, contraataques locales y preparación de
pasos semipermanentes para otras unidades.
Más recientemente, han
recibido la responsabilidad de formar en su seno Patrullas de Reconocimiento de
Largo Alcance (PRLA), de las que dos están constantemente
dispuestas en cada unidad y una tercera en reserva. Cada patrulla está formada
por profesionales y personal de reemplazo seleccionado (4-5 hombres) expertos a
su vez en una disciplina concreta (topografía, inteligencia, sanidad,
transmisiones, guía de montaña). Con tareas fundamentalmente de información,
estas PRLA dependen, una vez activadas, directamente de la Brigada.
Las unidades de Esquiadores-Escaladores
tienen por característica fundamental el recurso a la resistencia individual
para el aprovechamiento en favor propio de las dificultades que presenta el
terreno y la climatología. La capacidad de sufrimiento es tan necesaria
como unas piernas de hierro y un corazón a toda prueba, comenta
el Sargento César Panero, muchos soldados se sorprenden de lo que son
capaces de hacer y superan límites que no habían ni tan siquiera soñado.
Sin embargo, el fondo físico por sí mismo no es suficiente, es necesario
también un fondo psíquico que evite el derrumbe por cansancio o que permita
salir de una situación comprometida.
Esfuerzo.
Javier Rodríguez, uno de los esquiadores-escaladores de la 51ª Compañía,
resopla mientras intenta ponerse la mochila. Ya quisiera ver a Iñaki Perurena ... ¡Pesa
una tonelada ...!. Su compañero, vasco, encorvado bajo la suya, replica
muy serio: ¿y qué dejaste, pues? Cada hombre, sin excepción, lleva además
de su propio equipo, parte del colectivo: tiendas, botiquines, hornillos,
cuerdas de escalada, repuestos, radios, camillas, palas, etc. Una
mochila normal alcanza fácilmente los 25 kilos, mientras que con la radio, una
PRC-77, pasa de los 30. La seguridad tiene un precio, y es mejor sudar que
llorar, comenta el Capitán.
En un terreno donde las
distancias se miden en horas de marcha y metros de
desnivel (al final de la jornada uno está tan cansado que incluso cuesta comer)
el descanso es vital. Para acampar se recurre a las tiendas TAM, los iglús, las
cuevas de nieve o bien a las fosas laponas, una excavación con capacidad para
una patrulla, cubierta por los ponchos y esquíes. Depende del lugar, tiempo y
espesor de la nieve, se utiliza un sistema u otro, comenta el Teniente
José Vivas. Lo importante es descansar lo mejor posible.
Otros factores
indispensables en la montaña y básicos para unos soldados que operan aislados y
en condiciones difíciles son la confianza en uno mismo, el espíritu de equipo y
la iniciativa individual, virtudes que se fomentan al máximo. El
año pasado tuve un grave accidente en un ejercicio y perdí el conocimiento. Los
soldado de mi patrulla, todos de remplazo, se las ingeniaron para confeccionar
una camilla de circunstancias y, por un terreno infame, evacuarme,
recuerda, muy orgulloso, el Capitán Aranguren.
El
hermanamiento a que induce la dureza del medio es también muy tenido en cuenta
por la tropa. Aquí todos, incluido el capitán, llevamos la misma mochila, hacemos las mismas marchas, comemos las mismas latas y nos
caemos lo mismo. Todos dependemos de todos y cualquier diferencia queda fuera de
lugar. Hacer por otro lo que no harías por ti,
comenta Joseba Sazo, un bilbaíno de pura cepa que eligió cumplir el servicio
militar en los E-E, para aprender de verdad lo que es la montaña. La mayoría de lo
voluntarios no tiene experiencia propia de escalada o esquí (los
figuras de pista de moda no se dejan ver por aquí, sentencia) pero todos piensan continuar haciéndolo en el futuro, aunque, eso sí, nunca más con estas mochilas.
Organización. Los
esquiadores-escaladores operan básicamente en unidades pequeñas, tipo patrulla
o pelotón, sección a lo sumo, con una autonomía que no suele pasar de dos
jornadas. Aún recuerdo una marcha al completo de munición y víveres para cuatro
días, comenta el Subteniente Rey, responsable de la Plana Mayor, la
mochila superaba los 40 kilos por persona y supuso un desgaste físico tal que
hipotecó en parte la capacidad de actuación de la unidad. No basta con llegar.
Hay que estar.
Orgánicamente una compañía
independiente de Esquiadores-Escaladores, como la 51ª, consta de Mando, una
sección de Plana Mayor y 3 secciones de E-E tácticas, más un elemento de apoyo
agregable a una sección (la sección de Armas de Apoyo). Con un total de 150 hombres, su armamento se basa en
el conocido FUSA CETME C, más 2 ametralladoras MG-3, 2 lanzagranadas Instalaza
M-65, 2 morteros de 60 mm y una treintena de sistemas contra carro desechables
C-90, como armamento colectivo.
En un futuro próximo será
motorizada mediante camiones todo-terreno URO y tractores
oruga de montaña (TOM) BV-206. Inminente es también la distribución de los
nuevos CETME L y LE (algunos equipados con visor óptico de puntería) y
ametralladoras ligeras AMELI, todo de calibre 5,56, lo que supondrá, entre otras
cosas, una notabilísima y bienvenida reducción
de peso. A través de los años, las compañías de Esquiadores-Escaladores han ido
evolucionando y hoy nuestro material técnico es igual al disponible en el
mercado civil. Pero para el Capitán Aranguren lo importante sigue
siendo el elemento humano con tractores o con helicópteros, al final, es eI esquiador quien cumple la misión.
Como confiesan los hombres
de la 51ª, la vida en una unidad de esquiadores-escaladores es muy dura, pero tiene
unas compensaciones enormes. La montaña es nuestra pasión - confiesa el Teniente José Vivas - pero lleva su propia penitencia: con los
años, la mochila, el esquí y la escalada dejan su marca y las lesiones son
frecuentes. Pese a ello, todos se sienten satisfechos de pertenecer a
una unidad de este tipo y aprovechan cualquier descanso en la marcha para
narrar las muchas anécdotas que les han ocurrido, como cuando montamos la base en
una zona muy alejada de cualquier senda y, para no limitarnos a las latas de
las raciones de previsión, se nos ocurrió llevar ovejas vivas para tener carne
fresca. Nadie cayó en la cuenta de que las ovejas no trepan y al final hubo que
subirlas en el cuello. Parecíamos pastorcitos de Belén - ríe al
recordarlo el brigada Pedro Cristóbal - A la vez siguiente subimos cabras... ¡y les
ganamos trepando!
Texto
y fotos:
Juan Bernardo Abertí
Dumas.
Revista
Española de Defensa, 35
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- Los soldados de la Sección de Armas de Apoyo (los encargados de operar las armas colectivas: ametralladoras, morteros y lanzagranadas, utilizaban como arma individual el sub-fusil STAR Z.
- El fusil CETME L, aunque fue introducido en los años 90, realmente no se llego a usar pues NO era mejor que el CETME C.
2 comentarios:
Hola, soy el Joseba que se cita en el reportaje, el que sostiene el bloque de nieve en una de las fotos, que por cierto el apellido no es Sazo sino Zazo. Espero que ahora alguien si que me recuerde, y si esta interesado en intercambiar recuerdos, reemplazo 4/90 de EE's BRCZM LI de Aizoain, se ponga en contacto conmigo. Saludos. Fuerza y Honor. Josebacorreo@hotmail.com
Recuerdo muy bien la evacuación del capitán Aranguren porque fui uno de los 5 que estábamos con él en aquella patrulla, tenía una fractura en la pierna. mikelnefro@gmail.com
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