21 ago 2019

Compañías de Esquiadores-Escaladores


Reproducimos una vieja publicación de la Revista Española de Defensa, nº 35: un articulo sobre las compañías de esquiadores-escaladores centrado en un ejercicio invernal de nuestra unidad. Esta publicación fue ya tratada en este blog bajo el nombre de "Maniobras de Altura", ahora la repetimos, trascrita a este medio, facilitando su lectura.

¡Vaaamonos! Apenas apunta el alba cuando la 51ª, Compañía de Esquiadores-Escaladores (E-E),  forma en la explanada del refugio militar de Candanchú.  Los hombres, entumecidos por el intenso frío y por tres largas hora de camino desde Pamplona, tienen el tiempo justo para tomarse el último vaso de leche caliente ante de iniciar la travesía. Acaba de empezar la fase de Vida y Movimiento en Montaña Invernal, una durísima prueba de dieciséis  días de duración en la que se pondrá en práctica todo lo aprendido desde el otoño: marchas, esquí diurno y nocturno,  escalada en hielo y paso de cornisa, combinado con temas tácticos.

La travesía inicial de cuatro días los llevará desde Candanchú (Huesca) a Belagua (Navarra). Serán unas 8-9 horas de marcha diaria, comenta el Capitán Javier Aranguren Aramendía, jefe de la unidad (desde 1988 a 1992). El camino se recorre foqueando (con cintas antideslizantes adheridas a la suelas de los esquíes), o cuando no hay nieve suficiente, a pie, con las tablas sujetas a la mochila. En los pasos difíciles habrá que echar mano al piolet y los crampones, a las cuchillas de esquí y a las raquetas, o bien encordarse para superar una zona de grieta o una cornisa.


Poco conocidos por el gran público, los esquiadores-escaladores (E-E) son, como gustan matizar, unidad de especialistas (no de operaciones especiales) entrenadas y equipadas para operar en alta montaña y en zonas donde el movimiento es difícil. En un terreno tan exigente y duro como es la montaña, el que es capaz de convivir con ella y llegar donde otros no pueden, gana la acción. Ocupar un collado a tiempo puede evitar un combate, opina el Capitán Aranguren, para quien la capacidad de maniobra en este medio es la que da la potencialidad real de la unidad.

Actualmente, cada Brigada de Cazadores de Montaña (BRCZM) cuenta con una compañía de E-E independiente (51ª en Pamplona, 41ª en Viella), más una sección en cada Batallón de Cazadores, Ingenieros y Grupo de Artillería. La Brigada de Cazadores de Alta Montaña XLII (BRCZAM) por su parte, las encuadra a razón de una Compañía por cada Batallón de Cazadores.


Entrenamiento. La instrucción de estas unidades es eminentemente práctica y sobre el terreno, centrada en el esquí en invierno y en la escalada en verano, con un ejercicio de síntesis al término de cada temporada. Hay que contar el curso de esquí (60 días), el de escalada (45 días), la supervivencia, la fase de vida y movimiento, travesías y patrullas de reconocimiento (55 días), prácticas con helicópteros (10 días) y las maniobras con la Brigada Paracaidista (RECOPARA), más las convivencias con unidades similares aliadas (alemanas, italianas, francesas y estadounidenses). Total, que pasamos más días en el campo que en el acuartelamiento.

Sus misiones son muy similares a las de la caballería en las unidades de línea: enlace entre unidades colaterales, ocupación de puntos difíciles, misiones de exploración, vigilancia y seguridad de combate; incursiones tras las líneas enemigas, ocupación de posiciones que requieren técnicas avanzada de esquí o escalada, combate en zonas nevadas o boscosas, contraataques locales y preparación de pasos semipermanentes para otras unidades.

Más recientemente, han recibido la responsabilidad de formar en su seno Patrullas de Reconocimiento de Largo Alcance (PRLA), de las que dos están constantemente dispuestas en cada unidad y una tercera en reserva. Cada patrulla está formada por profesionales y personal de reemplazo seleccionado (4-5 hombres) expertos a su vez en una disciplina concreta (topografía, inteligencia, sanidad, transmisiones, guía de montaña). Con tareas fundamentalmente de información, estas PRLA dependen, una vez activadas, directamente de la Brigada.

Las unidades de Esquiadores-Escaladores tienen por característica fundamental el recurso a la resistencia individual para el aprovechamiento en favor propio de las dificultades que presenta el terreno y la climatología. La capacidad de sufrimiento es tan necesaria como unas piernas de hierro y un corazón a toda prueba, comenta el Sargento César Panero, muchos soldados se sorprenden de lo que son capaces de hacer y superan límites que no habían ni tan siquiera soñado. Sin embargo, el fondo físico por sí mismo no es suficiente, es necesario también un fondo psíquico que evite el derrumbe por cansancio o que permita salir de una situación comprometida.

Esfuerzo. Javier Rodríguez, uno de los esquiadores-escaladores de la 51ª Compañía, resopla mientras intenta ponerse la mochila. Ya quisiera ver a Iñaki Perurena ... ¡Pesa una tonelada ...!. Su compañero, vasco, encorvado bajo la suya, replica muy serio: ¿y qué dejaste, pues? Cada hombre, sin excepción, lleva además de su propio equipo, parte del colectivo: tiendas, botiquines, hornillos, cuerdas de escalada, repuestos, radios, camillas, palas, etc. Una mochila normal alcanza fácilmente los 25 kilos, mientras que con la radio, una PRC-77, pasa de los 30. La seguridad tiene un precio, y es mejor sudar que llorar, comenta el Capitán.


En un terreno donde las distancias se miden en horas de marcha y metros de desnivel (al final de la jornada uno está tan cansado que incluso cuesta comer) el descanso es vital. Para acampar se recurre a las tiendas TAM, los iglús, las cuevas de nieve o bien a las fosas laponas, una excavación con capacidad para una patrulla, cubierta por los ponchos y esquíes. Depende del lugar, tiempo y espesor de la nieve, se utiliza un sistema u otro, comenta el Teniente José Vivas. Lo importante es descansar lo mejor posible.

Otros factores indispensables en la montaña y básicos para unos soldados que operan aislados y en condiciones difíciles son la confianza en uno mismo, el espíritu de equipo y la iniciativa individual, virtudes que se fomentan al máximo. El año pasado tuve un grave accidente en un ejercicio y perdí el conocimiento. Los soldado de mi patrulla, todos de remplazo, se las ingeniaron para confeccionar una camilla de circunstancias y, por un terreno infame, evacuarme, recuerda, muy orgulloso, el Capitán Aranguren.

El hermanamiento a que induce la dureza del medio es también muy tenido en cuenta por la tropa. Aquí todos, incluido el capitán, llevamos la misma mochila, hacemos las mismas marchas, comemos las mismas latas y nos caemos lo mismo. Todos dependemos de todos y cualquier diferencia queda fuera de lugar. Hacer por otro lo que no harías por ti, comenta Joseba Sazo, un bilbaíno de pura cepa que eligió cumplir el servicio militar en los E-E, para aprender de verdad lo que es la montaña. La mayoría de lo voluntarios no tiene experiencia propia de escalada o esquí (los figuras de pista de moda no se dejan ver por aquí, sentencia) pero todos piensan continuar haciéndolo en el futuro, aunque, eso sí, nunca más con estas mochilas.


Organización. Los esquiadores-escaladores operan básicamente en unidades pequeñas, tipo patrulla o pelotón, sección a lo sumo, con una autonomía que no suele pasar de dos jornadas. Aún recuerdo una marcha al completo de munición y víveres para cuatro días, comenta el Subteniente Rey, responsable de la Plana Mayor, la mochila superaba los 40 kilos por persona y supuso un desgaste físico tal que hipotecó en parte la capacidad de actuación de la unidad. No basta con llegar. Hay que estar.

Orgánicamente una compañía independiente de Esquiadores-Escaladores, como la 51ª, consta de Mando, una sección de Plana Mayor y 3 secciones de E-E tácticas, más un elemento de apoyo agregable a una sección (la sección de Armas de Apoyo). Con un total de 150 hombres, su armamento se basa en el conocido FUSA CETME C, más 2 ametralladoras MG-3, 2 lanzagranadas Instalaza M-65, 2 morteros de 60 mm y una treintena de sistemas contra carro desechables C-90, como armamento colectivo.

En un futuro próximo será motorizada mediante camiones todo-terreno URO y tractores oruga de montaña (TOM) BV-206. Inminente es también la distribución de los nuevos CETME L y LE (algunos equipados con visor óptico de puntería) y ametralladoras ligeras AMELI, todo de calibre 5,56, lo que supondrá, entre otras cosas, una notabilísima y bienvenida reducción de peso. A través de los años, las compañías de Esquiadores-Escaladores han ido evolucionando y hoy nuestro material técnico es igual al disponible en el mercado civil. Pero para el Capitán Aranguren lo importante sigue siendo el elemento humano con tractores o con helicópteros, al final, es eI esquiador quien cumple la misión.


Como confiesan los hombres de la 51ª, la vida en una unidad de esquiadores-escaladores es muy dura, pero tiene unas compensaciones enormes. La montaña es nuestra pasión - confiesa el Teniente José Vivas - pero lleva su propia penitencia: con los años, la mochila, el esquí y la escalada dejan su marca y las lesiones son frecuentes. Pese a ello, todos se sienten satisfechos de pertenecer a una unidad de este tipo y aprovechan cualquier descanso en la marcha para narrar las muchas anécdotas que les han ocurrido, como cuando montamos la base en una zona muy alejada de cualquier senda y, para no limitarnos a las latas de las raciones de previsión, se nos ocurrió llevar ovejas vivas para tener carne fresca. Nadie cayó en la cuenta de que las ovejas no trepan y al final hubo que subirlas en el cuello. Parecíamos pastorcitos de Belén - ríe al recordarlo el brigada Pedro Cristóbal - A la vez siguiente subimos cabras... ¡y les ganamos trepando!



Texto y fotos:
Juan Bernardo Abertí Dumas.

Revista Española de Defensa, 35
Descarga del articulo



  • Los soldados de la Sección de Armas de Apoyo (los encargados de operar las armas colectivas: ametralladoras, morteros y lanzagranadas, utilizaban como arma individual el sub-fusil STAR Z.
  • El fusil CETME L, aunque fue introducido en los años 90, realmente no se llego a usar pues NO era mejor que el CETME C.













2 comentarios:

Joseba dijo...

Hola, soy el Joseba que se cita en el reportaje, el que sostiene el bloque de nieve en una de las fotos, que por cierto el apellido no es Sazo sino Zazo. Espero que ahora alguien si que me recuerde, y si esta interesado en intercambiar recuerdos, reemplazo 4/90 de EE's BRCZM LI de Aizoain, se ponga en contacto conmigo. Saludos. Fuerza y Honor. Josebacorreo@hotmail.com

Unknown dijo...

Recuerdo muy bien la evacuación del capitán Aranguren porque fui uno de los 5 que estábamos con él en aquella patrulla, tenía una fractura en la pierna. mikelnefro@gmail.com

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