Hoy, 19 de Octubre, seria el cumpleaños de D. Ángel Atarés Ayuso, nuestro Capitán. Es una fecha para mi especial, se da la casualidad que es la misma fecha del nacimiento de mi primera hija, por eso no se me olvida.
Su prematura muerte, el pasado año, nos sumió en una gran tristeza. Fue un golpe muy duro, difícil de asimilar...
Pronto se cumplirá el primer año de su fallecimiento y quiero contaros algo de como se gesto el Primer Encuentro, un gran logro, en el que Atarés jugo un papel principal. Siempre me presentaba a mi como el organizador, pero, no, el gran organizador, en la sombra, fue él.
Corría el mes de febrero de 2014 y el Coronel Atarés me envió un correo electrónico. En él me indicaba que para el 24 de Octubre ya le habrían relevado, ya no estaría al mando del Regimiento América 66.
Su relevo también era de esquiadores, pero quería dejar todo atado y bien atado, para que nuestro primer encuentro se pudiera celebrar con todas las garantías. Teníamos que acelerar todo, dándome instrucciones precisas de lo que había que hacer, y cómo hacerlo. Lo primero, no contar a nadie lo del relevo en el mando del regimiento.
Conocí a Atarés a través del correo electrónico, poco después de ser nombrado Jefe del Regimiento América. Me escribió y me dijo que quería organizar un acto para homenajear a los Caídos en el Pico de Orhi con motivo de cumplirse 50 años de aquel terrible suceso.
Estaba agradablemente sorprendido de que los veteranos estuviéramos, más o menos, organizados, y que deseáramos celebrar un encuentro. También me pregunto de donde era, cosa que no entendí muy bien y me dejo intrigado.
Soy de Almería. Siempre he pensado que fui algo exótico en la Compañía. Incluso durante el curso de esquí en Valdezcaray, un Comandante, que preguntaba (a todos los que cogíamos el remonte) de donde éramos, a mi respuesta, se rió y dijo que me habían engañado.
Bueno, respondí a Atarés indicándole de donde era, y para mi sorpresa, me respondió diciendo que él también nació en Almería, concretamente, en La Puerta de Purchena.
Así era la Puerta de Purchena en los años 60 |
Los veteranos de la Compañía teníamos un grupo en facebook, además de un blog y otras redes sociales. El objetivo era que los que habían servido en ella nos encontraran.
Teníamos dificultad en contactar con los antiguos
mandos. A base de perseverar, y de mucha búsqueda, habíamos logrado contactar
con algún mando relevante. Deseábamos reunirnos, pero era muy complicado, éramos
pocos y muy dispersos. La irrupción de Atarés fue
primordial.
El Coronel Atarés por su
parte, al mando del Regimiento América,
ya había iniciado algunos homenajes, en el Puerto de Larrau y El
Carrascal, para honrar a los caídos de la Compañía. Además, nos remitió una
foto donde pudimos comprobar que algunos de nuestros antiguos mandos seguían al
pie del cañón. Fue sensacional, y ayudo a consolidar más el grupo.
Se estaban dando todas las
circunstancias que permitieran una primera reunión.
Aunque Atarés tenía sus dudas, sobre si acudirían los veteranos
(yo también las tenia), le respondí que lo mejor seria que el mando dijera
dónde y cuándo; que allí estaríamos.
He de decir que Atarés
siempre quiso que le tratara de tu, como veteranos de la compañía, cosa que se
me hacía difícil. Le explique que tenia una deformación profesional y que
incluso a mis jefes, en la vida civil, les llamaba de usted, por respeto y
educación.
Cumplí las órdenes para la
organización. La principal: pedir las
autorizaciones necesarias a la superioridad. Aquí fue donde yo jugaría un papel
principal, estratégicamente ideado por nuestro Capitán.
Coincidía que D. Pedro
Morenés (Ministro de Defensa por aquel entonces) había sido Cabo 1º de la Compañía,
cuando era mandada por el Capitán Herrera. Había que jugar con esa
extraordinaria baza.
Escribí una carta con nuestras peticiones, y aproveché para hacerle un regalo, una replica del cangrejo de boina de la Compañía, que recientemente habíamos mandado fabricar (nuestra primera acción como grupo, más o menos, organizado).
Según me dijo, mi carta y mi
regalo causaron un gran revuelo en el Ministerio y los estamentos militares. No
quiso explicarme que sucedió exactamente; pero todas las puertas se abrieron y
las autorizaciones pertinentes fueron dadas. Supongo que el primer revuelo tuvo
que ser el detector de metales; seguido de una gran sorpresa por parte del
Ministerio; y, como no, del consiguiente enfado de algún mando, porque nos
habíamos saltado la cadena de mando reglamentaria.
¿Quién diría que unos
desconocidos, por primera vez, se juntarían un día laboral, a las 8 de la
mañana, en un remoto puerto de montaña del Pirineo, junto a la frontera con
Francia?
¡ Si, así fue !
Calculo que, en aquella extraordinaria mañana, debimos juntarnos un centenar de personas, entre soldados profesionales y veteranos. Algunos de nuestros antiguos mandos también vestían el forro polar, con el parche de los veteranos, cangrejos y boina que habíamos recuperado.
Al día siguiente, en
nuestro viejo cuartel, Aizoain, muy cerca de Pamplona, tuvieron lugar los actos
de nuestro deseado primer encuentro. Actos austeros y sencillos, pero a la vez,
brillantes y emocionantes.
Atarés mando la construcción de una lapida en recuerdo de todos los que habíamos servido en la Compañía. Un recuerdo duradero. Fue descubierta por el Coronel D. Francisco Pueyo, el mas antiguo de nuestros capitanes. |
Después de la comida de hermandad, le entregamos a Atarés, como regalo personal, una replica de nuestro banderín, sufragada por todos los veteranos. |
24 y 25 de Octubre de 2014, Primer Encuentro
Ahora, Ángel Atarés, nuestro Capitán,
se fue, tristemente, para siempre.
Se había convertido, sin proponerlo, en nuestro líder,
por eso nos quedamos un poco huérfanos.
Nunca podremos olvidar lo que hizo por los veteranos.
Seguiremos adelante, abriendo huella, en su memoria
y en la de todos los que coincidimos en aquella extraordinaria
PEQUEÑA GRAN UNIDAD.
Seguiremos adelante, abriendo huella, en su memoria
y en la de todos los que coincidimos en aquella extraordinaria
PEQUEÑA GRAN UNIDAD.
Gracias, mi Capitán
Queremos agradecer a todos los componentes del Regimiento América sus esfuerzos, colaboración y dedicación en los actos de homenaje que realizaron antes, y durante nuestro primer encuentro; la amabilidad y hospitalidad que, en todo momento, mostraron hacia nosotros. Sin vosotros no se habría podido realizar.
A nuestros hermanos de la Asociación de Veteranos de la antigua Compañía de Esquiadores-Escaladores de Viella, que estuvieron a nuestro lado.
A la Jefatura de Tropas de Montaña, al Regimiento Galicia y Compañía de Esquiadores-Escaladores 1/64, al Ejercito y al Ministerio de Defensa, por su apoyo.
A todos los veteranos, mandos, tropa y familiares, que acudieron, como uno, al llamamiento que se les realizo.
¡Gracias!
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